El hinduismo considera que la muerte y el nacimiento
están relacionados con la impureza ritual. Esta impureza es más severa durante
la muerte que en el nacimiento, por lo que una muerte requiere 12 días
de impureza ritual (aplicada a todos los familiares directos), mientras un
nacimiento sólo requiere 10 días (aplicados a los padres del niño recién
nacido).
El luto hindú comienza inmediatamente después de la cremación del
cuerpo y termina en la mañana del 13 día. El cuerpo se incinera
tradicionalmente en las 24 horas siguientes a la muerte, si bien las
cremaciones no se llevan a cabo tras la puesta del sol y antes de la salida de
éste.
Justo tras la muerte se enciende una lámpara de aceite junto al difunto y se
mantiene encendida los primeros tres días del período de luto. Durante estos
días, se considera que la familia inmediata está en un estado de impureza
ritual extrema y debe observar varias reglas. No deben tocar o ir cerca del altar de la familia,
no deben entrar en un templo o cualquier lugar sagrado, no deben participar en
cualquier otro rito religioso (excepto funerales), no deben recitar o leer
ninguna escritura sagrada hinduista, no deben visitar a
otros miembros o amigos de la familia, no pueden asistir a eventos sociales
como bodas, fiestas,. En el día en que ocurre el fallecimiento, la
familia no debe cocinar, pues se considera inadecuado encender el hogar de la
familia cuando se está incinerando a un miembro, por lo que generalmente la
familia y los amigos cercanos proveen de alimentos a la familia de luto. Si la
muerte ocurrió lejos del hogar y la cremación se retrasa, la familia tiene que
seguir las reglas anteriores aún cuando el período de luto formal no haya
comenzado en realidad.
El blanco es también el color
del luto y muchos vestirán de blanco durante el periodo de luto.
Si alguna fiesta religiosa cae en este período de
luto, la familia no puede celebrarla por estar en un estado de impureza ritual.
También se prohíbe que otros miembros o amigos coman o beban en la casa de la
familia que guarda el luto.
La muerte no se considera como «final», sino como un
momento crucial en el viaje aparentemente sin fin del indestructible atman (alma) a través de innumerables cuerpos de
animales y seres humanos. Por esto el hinduismo prohíbe el luto o las excesivas
lamentaciones sobre la muerte, pues esto podría entorpecer el paso del alma del
difunto hacia su siguiente viaje.
En la mañana del décimotercer día, se celebra una
ceremonia de shradda (literalmente ‘fe’). La familia despierta antes
de salida del sol y toma un baño purificador. La ceremonia principal implica un
sacrificio de fuego, en el que se hacen ofrendas a los antepasados y a otros
dioses, para asegurar que el difunto tenga una vida futura pacífica.
Típicamente después de la ceremonia, la familia limpia y lava todos los ídolos
del altar y ofrece flores, frutas, agua y alimento purificados a los dioses. La
familia está entonces preparada para romper el período de luto e impureza
ritual y volver a la vida cotidiana. Generalmente se dibuja un modesto rangoli o
un kolam (diseño decorativo)
fuera de la casa (que se borra al día siguiente) y los miembros de la familia
visitan un templo por primera vez tras la muerte. El período de medio luto
suele durar 12 meses completos, durante los cuales la familia no puede
celebrar fiestas (como el Diwali) ni asistir a bodas y fiestas.
El período de luto suele acabar en el primer
aniversario del fallecimiento, en el que se celebra la ceremonia anual de shraddha.
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